sábado, 28 de enero de 2017

Tarde de domingo

Buena tarde, el sol calienta lo suficiente pero un ligero aire de poniente nos recuerda que aun estamos en invierno. Enero está cumpliendo su función, frio y seco, demasiado seco diría yo.
Camino de Ojuelos, alrededor de unos cuantos chaparros que aun resisten en medio de la estepa cerealistica, un grupo de avutarda descansa tranquila, cincuenta y dos cuento. Machos y hembras se calientan con los últimos rayos de sol, de pronto algo las espanta y  levantan el vuelo, un grupo se dirige al norte, otro más nutrido vuela en redondo y se vuelve a posar en el trigal. Vuelve la paz
Avutardas en vuelo

Avutardas en vuelo

Avutardas en vuelo
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La tarde sigue cayendo, el viento, cada vez mas frio, empieza a ser molesto. Debajo de la infraestructura abandonada de las vías del ave a su paso por Ojuelos un búho real se espanta al verme, para un poco más adelante, pero ya es tarde, ha sido visto por cinco cuervos y le acosan infatigablemente, el animal, agobiado, se refugia en uno de los huecos que las vigas de hormigón forman en la estructura.
Búho real
En la laguna las avefrías buscan afanosamente comida junto a un grupo de chorlitos dorados. Algunos andarríos chicos también picotean el barro. Las agachadizas comunes se ocultan entre las pocas hierbas que pueblan la laguna, solo las lavanderas blancas corretean de un lado a otro, pronto será de noche y el frío helara los campos, tienen que cenar bien para soportarlo.
Aguilucho lagunero macho

En la zona empantanada de al otro lado de las vías  los toros pastan tranquilos, Un grupo de unas cien cigüeñas descansan junto a ellos, mientras los estorninos negros corretean alrededor de las patas de los toros comiendo los insectos que ellos espanta. Un bando de chorlitos dorados se solea en la zona seca.
Cigüeñas blancas
 Cerca de de las vías, un solitario toro pasta, sus desgastados cuernos delatan la ancianidad del semental que ahora disfruta del merecido descanso junto a otros ejemplares mas jóvenes. Estos se le acercan, pero lo dejan pastar tranquilo. Sus patas llenas de barro lo mueven con paso fatigoso. Me asombra el rizado del pelo de  la cara y  sus ojos profundos y serenos, me mira, levanta la cabeza  y vuelve a pastar.
Toro
Un elanio azul se cierne en el aire, no solo es patrimonio del cernícalo esta forma de vuelo. No quita la vista del suelo, desciende un metro, vuelve a pararse. De pronto se deja caer empicado, pero levanta el vuelo sin nada en las garras y vuelve a jugar al peligroso juego de la supervivencia, un juego en el que siempre alguno pierde.
Elanio azul

Elanio azul

Elanio azul
Pronto será de noche y cuando las tinieblas lo oculten todo, el búho real volverá a salir de su escondite. Ahora nadie lo acosara. Buena caza para el gran duque.
                                                                                                                                                                                        Écija, 22 de enero de 2017

Pablo Reina

2 comentarios:

  1. Que bonita excursión Pablo. Lo del búho real un puntazo. Un saludo

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    1. Si Jero, un puntazo, en el mismo puente un halcón peregrino una semana antes.

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