martes, 7 de octubre de 2014

Asalto a Tarifa

No conocía Tarifa y, la verdad, sigo sin conocerla. No conozco sus calles, sus gentes, su cultura...pero estoy seguro que volveré a pasear por sus playas y sobre todo por sus observatorios, donde disfrute de un magnifico día rodeado de personas con la misma pasión por las aves que yo.
Estuvimos en la playa de los Lances, en el observatorio del Algarrobo y en el de Cazalla. Los tres sitios muy recomendable, pero me consta que hay muchos otros sitios desde los que poder otear aves y que no pudimos visitar por falta de tiempo.
La playa de los Lances es ancha y extensa, de arena rubia y aguas azules y bravas. Solitaria a esas horas, cada vez que una ola asaltaba la playa, como si de un ejército se tratara, dejaba los  cadáveres verdes y sedosos de las algas en su fina arena. Entre ellos los correlimos y vuelvepiedras correteaban presurosos retirándose cuando un nuevo batallón de olas quería conquistar la playa. Protegidos del aire, que en esos momentos era escaso, un grupo de correlimos tridáctilo tomaban el sol. Mas adelante en la desembocadura del rio de la Vega, un correlimos común tomaba el sol mañanero junto a un pequeño chorlitejo patinegro, mientras los charrancitos comunes se zambullían una y otra vez en busca de su desayuno. Por cierto, cosa curiosa, en este rio habita el salinete (Aphanius baeticus), un pequeño pez en peligro de extinción.
Ostreros en la playa de lo Lances

Playa de los Lances

Correlimos tridactilos 

Correlimos común
Charrancito común

Panorámica de la playa de los Lances

Proseguimos nuestra ruta por una pasarela de madera que bordea la playa y que estaba muy transitada por corredores y viandantes que por ellas paseaban. Los pocos pájaros que pudimos ver por este camino fueron golondrinas, jilgueros, cogujadas y buitrones. Existen una serie de observatorios de madera durante el recorrido y paramos en unos de ellos desde donde observamos a cuatro ostreros  junto a varias avocetas. Por allí también descansaban un grupo de charranes comunes, chorlitejos patinegros y chicos, una garceta común, archibebes comunes y gaviotas patiamarillas; golondrinas y buitrones volaban entre los juncos mecidos por el viento.
Tanto los observatorios de Cazalla como el del Algarrobo no nos defraudaron. Cierto es que en el Algarrobo puedes ver más numero de aves, pero la distancia de observación es mayor que en Cazalla y por este motivo disfrute más de este ultimo.
Aunque, como digo, no nos sentimos defraudado en ningún momento, el viento de poniente que soplaba desde hacia bastante tiempo, impidió ver las altas concentraciones que allí se forman cuando es el viento de levante el que predomina. Las aves, tal como llegaban cruzaban el estrecho por lo que era un continuo chorreo.
Tuvimos la suerte de poder ver en los dos observatorios un ejemplar de Ruppell, aunque en el Algarrobo volaba muy alto junto a un grupo de buitres leonados y no pude disfrutarlo por dos razones, la primera es que no había visto nunca uno y no conseguía identificarlo, y la segunda es la distancia a la que lo vimos. Pero en mi segundo avistamiento en Cazalla fue fantástico, lo pudimos fotografiar a placer y estoy seguro que la próxima vez que lo vea no tendré ninguna duda en reconocerlo. 
Cuando llegas a uno u otro observatorio, impresiona la mezcolanza de lenguas que por allí escuchas; Alemanes, ingleses, franceses, españoles...todos unidos por el afán de ver aves. Desde luego por allí no pasan sin ser observados ni un solo pájaro y en cuanto es avistado uno, todos los teles y prismáticos dirigen su mirada hacia el lugar indicado. “Ruppell, Ruppell”, como si de un Rodrigo de Triana fuera a bordo de la Pinta, aquellas gentes vociferaban los avistamiento, y seguro estoy que lo celebraban igual de jubilosos que los marineros cuando vieron después de tanto tiempo la ansiada tierra.
En el Algarrobo avistamos leonados, el mencionado Ruppell, calzadas, milanos negros, gavilán, cigüeña negra, vencejos, golondrinas, abejarucos, culebreras, en gran numero, una pareja de perdiceras residentes de la zona y alimoches.
Joven alimoche en Cazalla

Joven alimoche en Cazalla
En cazalla, a una distancia mucho más cómoda de observar, mucho leonado, un Ruppell a placer, culebreras, calzadas, alimoches, vencejos reales, abejarucos, abejeros, halcón peregrino, un ejemplar de águila imperial joven, demostrando que esta especie también cruza el estrecho y milano real y negro.
Águila culebrera en el Algarrobo

Buitre leonado en Cazalla

Buitre moteado o de Ruppell en Cazalla

Buitre moteado o de Ruppell en Cazalla

Buitre moteado o de Ruppell en Cazalla

Buitre leonado en Cazalla

Águila culebrera en cazalla


Algo para lamentar es la infraestructura construida en el observatorio de Cazalla y que por causas que desconozco no esta en funcionamiento. Un dinero gastado a medias y que podría gestionar alguna empresa, pues como digo no son pocas las personas que por allí pasan.
De vuelta, nos paramos en la Janda, lugar que hay que visitar con más detenimiento, pues en sus arrozales y zonas húmedas son un refugio excelente para muchas aves, destacando la gran cantidad de cigüeñas blancas que allí descansaban y el número considerable de aguilucho lagunero y cenizo que por sus verdes campos campeaban.
Cigüeña blanca en la Janda

Grupo de cigüeñas blancas en el Janda

Macho de tarabilla común 

Grajillas 

En esta aventura me acompañaron desde Écija Miguel Pérez y Juan Miguel García. En la playa de los lances se unieron al grupo David Budia y Antonio Ferrero, pero solo pudieron acompañarnos media jornada.

De derecha a izquierda: Miguel Pérez, Juan Miguel García y Pablo Reina en Cazalla

 David Budia, Pablo Reina, Miguel Pérez, Juan Miguel García y Antonio Ferrero en la playa de los Lances.




                                                                                            Écija, a seis de octubre de 2014



                                                                                                               Pablo Reina

viernes, 25 de julio de 2014

Zarcero bereber-Western Olivaceous Warbler (Iduna opaca)

¡Que manía con cambiar los nombres a las cosas! Comprendo que los que se dedican profesionalmente a estos menesteres,  no lo hacen porque si, pero no entiendo esta costumbre que cada cierto tiempo le cambiamos el nombre a algunos pájaros. Sinceramente creo que es ganas de liar al personal. Que si ratonero común no, ahora es busardo ratonero, que si perdicera no, su nombre es águila azor perdicera, ahora no es buitrón sino Cisticola buitrón, etc....... Se que no es complicado aprendértelos, pero que importancia tiene esto, yo creo que para el aficionado y amante de la naturaleza no tiene la mas mínima, pero luego te topas con algunos listados en los que no encuentras el nombre de algún pájaro pues no das con el nombre exacto, y te tienes que ir al nombre científico que ese afortunadamente no cambia tanto. 
Perdonarme esta pequeña reflexión pero el derecho al pataleo lo tiene todo el mundo. 
Os dejo mi nueva entrada de este Zarcero bereber, llamado toda la vida Zarcero pálido occidental al que tuve la suerte de toparme en un pequeño arroyo que cruza un eucaliptal, donde las cañas se mecen lentamente con el cálido solano y los pájaros encuentran un pequeño oasis donde aliviar la sed en las calurosas tardes del mes de julio.
Zarcero bereber (Iduna opaca)


Zarcero bereber disputando con
una cría de gorrión moruno
Se enzarzaron en una pelea que como era de esperar
gano el Zarcero

Zarcero bereber (Iduna opaca)




                                                                                     Écija, 25 de julio de 2014

                                                                                                         Pablo Reina


sábado, 22 de marzo de 2014

No es mejor que te lo cuenten.

El hecho de que venga alguien de fuera y que te haga valorar lo que tienes es totalmente cierto. No apreciamos nuestro entorno más cercano. Preferimos hacer cientos de kilómetros para visitar lagunas y rincones donde una vez allí siempre nos acordamos que cerquita de casa están las mismas especies y con mejores oteaderos para verlas.
 Esta semana en el foro Gaovan han surgido varios comentarios sobre las visitas que varios foreros han realizado a la campiña de Écija y Osuna. Todos han quedado encantados de lo que aquí ahí, maravillados por la variedad de especies y el número de ellas. Es verdad que, aunque sea un tópico, estamos hartos de ver lo mismo, pero la naturaleza no es siempre la misma, ese pájaro no se encuentra en el mismo sitio, no se comporta siempre igual, la meteorología no es la misma, ni el aire huele igual. No me canso de repetirlo, salgamos, parémonos y observemos, de esa manera la naturaleza nos sorprenderá de alguna forma.
Salí este sábado, no muy temprano, sobre las nueve, el día era esplendido, nada de aire y un sol de justicia, demasiado buen tiempo diría yo. No quise entrar en las lagunas, pues tenía la ruta en la memoria y quería ir directamente a Ojuelos. Cogí la pista que une la carretera de Osuna con la de la La Lantejuela, no defrauda nunca esta pista y pronto vi un aguilucho cenizo, el primero que veo esta temporada, volaba a ras de suelo, como un velero deslizándose por el mar, de vez en cuando subía para caer de nuevo. Mas adelante cuatro abubillas parecían estar de tertulia con sus sombreros emplumados y esos trajes tan vistosos. En un llano donde paré el coche esperando ver alguna avutarda, también pude ver a  un macho de aguilucho lagunero con su traje nupcial, precioso por cierto, que como el cenizo surcaba los trigos, cerca de allí un  grupo de chorlitos doraros se calentaban al sol, a su lado aterrizaron un bando de sisones. En vez de coger camino de Ojuelos por matacán, decidí entrar por la pista de casa blanca. Los milanos volaban por todas partes junto a los laguneros. Otro macho de cenizo navegaba a favor del viento. Siempre que ando por allí, me paro en un camino que hay cerca de una finca donde mas allá, podemos ver un reducto de encinas, son solo cinco o seis, pero parece ser del agrado de las avutardas, pues siempre se encuentran en ese enclave. La finca tiene un torreón que domina toda la llanura, ¡quien fuera su dueño para desde él poder disfrutar del cortejo de esto grandes aves! Siete macho se lucían para unas tantas hembras. Podían verse claramente pues con sus pechos blancos como espuma marina, resaltaban sobre un mar verde de trigo, las hembras mas discretas solo dejaban ver sus cabezas. Mas adelante en la pista del AVE, una calzada con un roedor entre sus patas era acosado por un milano negro como si de un pirata se tratara y con su mayor corpulencia pudo arrebatarle la presa. Pero la mejor sorpresa la tuve cerca de ojuelos, mientras miraba a través del telescopio un pequeño grupo de gangas, un rayo cruzo veloz por el campo de visión, no era más que una simple collalba rubia, pero con su plumaje blanco, amarillo y ese negro tan marcado me hizo desviar la mirada hacia ella. En el cielo, en dos térmicas separadas varios kilómetros, mas de cuatrocientos milanos negros ponían rumbo Dios sabe donde, entre ellos se mezclaban algún que otro real. Los toros descansaban rodeados de estorninos y espurgabueyes, un milano negro aterrizo al lado de una vaca que plácidamente descansaba. En la laguna flamencos, cucharas, garzas reales, cigüeñuelas, avocetas, archibebe común, gaviotas sombrías y reidoras amenizaban las tranquilas aguas. Cuatro tarros blancos parecían no querer participar del bullicio y se mantenían dormitando en la orilla. Las golondrinas dauricas, no dejaban de pasearse en la orilla y recoger plumas para acolchar sus nidos. Al otro lado de las vías en el terreno pantanoso, los correlimos comunes, chorlitejos chicos y patinegros, agachadizas comunes, avocetas y cigüeñuelas no paraban de participar del festín que le brindan estos oasis. Unas pocas de avefrías dormitaban junto a un nutrido bando de chorlitos dorados. El paso del tren los despertó de su letargo y pusieron rumbo a ninguna parte.
Todo eso lo tenemos ahí, solo tenemos que movernos de nuestros sillones para disfrutarlo. No nos lo perdamos, merece la pena.
Parado sobre un poste un águila calzada  saborea la rata que momentos antes ha logrado cazar sin saber lo que se le viene encima. Detrás de ella volando raso un pirata negro la acosa haciéndole levantar el vuelo, el milano la persigue, la calzada, aun siendo mas pequeña, no esta dispuesta a dejarse arrebatar la presa y le planta cara, pero no tiene nada que hacer. El milano no se amedranta y consigue que esta suelte su botín, ya tiene el desayuno asegurado. A escasos metros un cenizo roza sus garras por el aun húmedo trigal.
Agachadiza común

Aguilucho lagunero

Aguilucho lagunero

Aguilucho lagunero

Chorlitos dorados
chor
Flamencos 

Gaviota reidora

Golondrina daurica

Milano negro descansa junto a una vaca 

Milano real

Triguero

Milano negro



                                                                 Écija, 22 de marzo de 2014
       

                                                                                      Pablo Reina

miércoles, 1 de enero de 2014

Otro año más

Como muchas otras veces empezamos este nuevo año con nuestros mejores deseos a todo el mundo, con nuevos retos y promesas, nuevos planes, nuevas metas y nuevos propósitos, mirando al año que nos llega con optimismo y buenos deseos. Dejare de fumar, hare mas deporte, pintare todos los días...Algunos de estos propósitos los conseguimos, otros no, pues no dejamos de vivir en el futuro, no nos damos cuenta que lo realmente importante es el presente, es esa persona que tenemos al lado y se nos pasa la vida prometiéndole cosas que seguramente no podamos cumplir y que vamos postergando año tras año.
No nos paramos a mirar a nuestro alrededor y aprender del medio natural que nos rodea. La naturaleza no cree en el futuro, es una tremenda luchadora y emprendedora que vive continuamente el presente, pues cada brote o ser que nace pueden ser depredados por otro en cualquier momento, pero no por ello se rinde y rápidamente vuelve a crear otro ser.
Nos estamos desanimalizando. No podemos vivir sin wapssa, sin Facebook, sin twitter. Leemos libros electrónicos, compramos desde nuestras casas, vemos documentales naturales sentados cómodamente en nuestro sillón sin percatarnos que con solo salir al campo podemos disfrutar de la autentica naturaleza. Si aprendemos a comportarnos y a valorar el medio natural podemos sorprendernos con el mejor documental del mundo: la vida en directo. Podemos sentirnos como el ojo del Gran Hermano. Pero no, salimos a pasear en coche, vemos una avutarda y rápidamente corremos en busca de otra especie que apuntar en nuestro cuaderno de campo, luego ojeamos el cuaderno y vemos que tenemos apuntada 56 especies diferentes de aves vista en una jornada, pero no hemos apuntado nada sobre su comportamiento, no sabemos nada sobre ellos, solo lo que nos dice la guía.
Ese va ha ser mi propósito este año, pararme a mirar mas y no crearme metas imposibles de cumplir. Que tengáis un hermoso año.

El viento de levante arreciaba. Las gotas de agua levantada por el somormujo volaban a gran velocidad. Sus largas plumas de la cabeza flotaban al viento, no parecía que nadara, mas bien se balanceaba en sobre las olas. De vez en cuando se sumergía y salía a la superficie con un buen montón de plantas en el pico, luego las soltaba y volvía a sumergirse para volver a salir con más plantas. Se acerca la primavera y pronto necesitara formar un buen nido.








                                                                                                 Écija, 1 de enero de 2013

                                                                                                  Pablo Reina