Cincuenta grados al
sol. Parece increíble, pero esas temperaturas hemos sufrido en los llanos
ecijanos este verano. No había arroyos que corrieran ni laguna que tuviera la más
mínima agua. El sol lo abrasaba todo, pasto, animales e incluso en algunos
casos el animo. Una de esas tardes salí al medio día, de locura os lo
aseguro. La única manera de mantenerte a salvo del tórrido sol era el aire
acondicionado del coche, y aunque normalmente no lo uso, este día no tuve mas
remedio. Como es natural poco se movía por el campo, pero a lo lejos pude ver a
este lagunero que se acercaba al coche. En su cara podéis ver los estragos de
las altas temperaturas, no podía cerrar el pico y el solano, como aquí se le
llama al viento de levante, parecía que le estaba quemando los pulmones, pero
la vida es así, y el animal no dejo de rastrear los rastrojos en busca de
alguna presa.
Écija, 26 de noviembre de 2012
Pablo Reina