viernes, 18 de septiembre de 2015

Ruta a la Doñana visitable

Casi con un año de retraso, os dejo la crónica de un día de finales de noviembre  en la Doñana visitable como llaman algunos.
La aventura comenzó como Dios manda en la Venta del Cruce en la carretera de Puebla del Rio, con unas buenas tostás y un cafelito para coger fuerza, que falta nos hizo.
La primera parada la hicimos en la Dehesa de Abajo, desde la misma carretera a nuestra derecha la laguna de la Dehesa congregaba multitud de anátidas y a nuestras izquierda los campos anegados eran inspeccionados por cigüeñas, flamencos, moritos, espátulas, gaviotas, garzas y garcetas.
Dehesa de abajo

Dehesa de abajo

Gaviota reidora

Continuamos por la carretera hasta el vado de Don Simón, que en esos momentos lo cubría una escasa lamina de agua, giramos a la izquierda y nos adentramos en la pista que bordea a los arrozales de la zona.
Garcialla bueyera en el vado de Don Simon

 Las pista están bacheadas, pero no hace falta un todo terreno para circular por ellas, aunque nosotros llevamos uno, gracias a Dios. En el transcurso del recorrido observamos tarabilla, buitrones, jilgueros y bisbitas.
Hembra de tarabilla común

Bisbita pratense

Buitrón

 Las garzas, garcetas y garcillas también levantaban el vuelo a nuestro paso.
Garceta grande

 Pero los gansos y grullas, que tanto interés teníamos de ver, se resistían. Por fin pudimos observar un bando de grullas que se encontraba en un campo cercano. Los gansos lo vimos en vuelo, pues hasta no llegar a la Escupidera no pudimos disfrutar de ellos. En los canales pudimos ver algún que otro cormorán y somormujo con su discreto traje de invierno. Cerca del centro de visitante de José Antonio Valverde topamos con un aguilucho pálido.
Urraca

Cormoran grande

Grullas en vuelo


Aguilucho pálido 

Lo más destacado de la tarde fue la vista a La Escupidera, precioso sitio desde donde contemplamos a los gansos a una distancia considerable rodeados de gamos y ciervos. Los buitres nos sobrevolaban por doquier, y a lo lejos un nutrido grupo de ellos daban cuenta de alguna desdichada res ya cadáver.
Ansares 

Garza real

Juan Miguel García, Miguel Perez y Pablo Reina en La Escupidera

Grullas

En Huerta Tejada fue curiosa la concentración de lechuzas campestre que encontramos en las viviendas abandonadas que allí se encuentran.
lechuza campestre


Ya atardeciendo encontramos en los campos muchas cigüeñas blancas y negras y algún que otro ratonero.
Grupo de cigüeñas negras

Cigüeña negra

Pero la sorpresa nos vino cuando llegamos de nuevo al vado de Don Simón, el desconocimiento del peligro nos lleva a cometer imprudencias que en algunos casos nos puede jugar malas pasadas. Eso nos paso a nosotros, pues desconociendo lo subido que podía venir el brazo de la Torre no se nos ocurrió nada mejor que cruzar el vado. Al principio vimos que venía subidito, el agua nos llegaba a media rueda más o menos y continuamos, pero a medida que nos adentrábamos el agua fue subiendo y con más fuerza, pero ya no había marcha atrás, mirábamos al frente y no veíamos el final del vado. La única guía de referencia que teníamos para no salirnos era la ondulación que formaba el agua al saltar por encima del pequeño muro que recorre el vado, pues este muro no se veía. En un momento dado acelere el coche pues deseaba cruzar aquello lo antes posible y con el empuje, el agua nos subió por encima del capo, afloje y empecé a darme cuenta del peligro que corríamos. El agua nos llegaba a media puerta y seguíamos sin ver el final. No recuerdo que ninguno habláramos durante el trayecto, solo yo que dije  “esto no cuando se acaba”. Por fin vimos el final del vado y notamos que subíamos un poco. Al fondo varias personas con las manos en la cabeza nos hacían señas. Cuando salimos nos decían que estábamos locos, pero repito, no fue locura sino ignorancia. El motor estaba lleno de agua y de los bajos del coche sacamos tres albures que habíamos pescado durante el recorrido. Pasamos un susto muy grande y todavía cuando lo recordamos se nos pone los vellos de punta.
Juan Miguel García en el vado de Don Simón después del susto

El atardecer en la dehesa de abajo era precioso y más después del incidente del vado. Este estupendo y accidentado día lo compartí con Miguel Pérez  y Juan Miguel García.
Centro visitantes Jose Antonio Valverde

Centro visitantes Jose Antonio Valverde

Casa bomba

ruta realizada

Este año deseamos volver a recorrer sus caminos pues no esta tan lejos de Écija y los avistamientos merecen la pena.


                                                                                 Écija, 18 de septiembre de 2015

                                                                                                               Pablo Reina