El hecho de que
venga alguien de fuera y que te haga valorar lo que tienes es totalmente
cierto. No apreciamos nuestro entorno más cercano. Preferimos hacer cientos de kilómetros
para visitar lagunas y rincones donde una vez allí siempre nos acordamos que
cerquita de casa están las mismas especies y con mejores oteaderos para verlas.
Esta
semana en el foro Gaovan han surgido varios comentarios sobre las visitas que
varios foreros han realizado a la campiña de Écija y Osuna. Todos han quedado
encantados de lo que aquí ahí, maravillados por la variedad de especies y el número
de ellas. Es verdad que, aunque sea un tópico, estamos hartos de ver lo mismo,
pero la naturaleza no es siempre la misma, ese pájaro no se encuentra en el
mismo sitio, no se comporta siempre igual, la meteorología no es la misma, ni
el aire huele igual. No me canso de repetirlo, salgamos, parémonos y
observemos, de esa manera la naturaleza nos sorprenderá de alguna forma.
Salí este sábado,
no muy temprano, sobre las nueve, el día era esplendido, nada de aire y un sol
de justicia, demasiado buen tiempo diría yo. No quise entrar en las lagunas,
pues tenía la ruta en la memoria y quería ir directamente a Ojuelos. Cogí la
pista que une la carretera de Osuna con la de la La Lantejuela, no defrauda
nunca esta pista y pronto vi un aguilucho cenizo, el primero que veo esta
temporada, volaba a ras de suelo, como un velero deslizándose por el mar, de
vez en cuando subía para caer de nuevo. Mas adelante cuatro abubillas parecían estar
de tertulia con sus sombreros emplumados y esos trajes tan vistosos. En un
llano donde paré el coche esperando ver alguna avutarda, también pude ver a
un macho de aguilucho lagunero con su traje nupcial, precioso por cierto,
que como el cenizo surcaba los trigos, cerca de allí un grupo de
chorlitos doraros se calentaban al sol, a su lado aterrizaron un bando de
sisones. En vez de coger camino de Ojuelos por matacán, decidí entrar por la
pista de casa blanca. Los milanos volaban por todas partes junto a los
laguneros. Otro macho de cenizo navegaba a favor del viento. Siempre que ando
por allí, me paro en un camino que hay cerca de una finca donde mas allá,
podemos ver un reducto de encinas, son solo cinco o seis, pero parece ser del
agrado de las avutardas, pues siempre se encuentran en ese enclave. La finca
tiene un torreón que domina toda la llanura, ¡quien fuera su dueño para desde él
poder disfrutar del cortejo de esto grandes aves! Siete macho se lucían para
unas tantas hembras. Podían verse claramente pues con sus pechos blancos como
espuma marina, resaltaban sobre un mar verde de trigo, las hembras mas
discretas solo dejaban ver sus cabezas. Mas adelante en la pista del AVE, una
calzada con un roedor entre sus patas era acosado por un milano negro como si
de un pirata se tratara y con su mayor corpulencia pudo arrebatarle la presa.
Pero la mejor sorpresa la tuve cerca de ojuelos, mientras miraba a través del
telescopio un pequeño grupo de gangas, un rayo cruzo veloz por el campo de visión,
no era más que una simple collalba rubia, pero con su plumaje blanco, amarillo
y ese negro tan marcado me hizo desviar la mirada hacia ella. En el cielo, en
dos térmicas separadas varios kilómetros, mas de cuatrocientos milanos negros ponían
rumbo Dios sabe donde, entre ellos se mezclaban algún que otro real. Los toros
descansaban rodeados de estorninos y espurgabueyes, un milano negro aterrizo al
lado de una vaca que plácidamente descansaba. En la laguna flamencos, cucharas,
garzas reales, cigüeñuelas, avocetas, archibebe común, gaviotas sombrías y
reidoras amenizaban las tranquilas aguas. Cuatro tarros blancos parecían no
querer participar del bullicio y se mantenían dormitando en la orilla. Las
golondrinas dauricas, no dejaban de pasearse en la orilla y recoger plumas para
acolchar sus nidos. Al otro lado de las vías en el terreno pantanoso, los
correlimos comunes, chorlitejos chicos y patinegros, agachadizas comunes,
avocetas y cigüeñuelas no paraban de participar del festín que le brindan estos
oasis. Unas pocas de avefrías dormitaban junto a un nutrido bando de chorlitos
dorados. El paso del tren los despertó de su letargo y pusieron rumbo a ninguna
parte.
Todo eso lo
tenemos ahí, solo tenemos que movernos de nuestros sillones para disfrutarlo.
No nos lo perdamos, merece la pena.
Parado sobre
un poste un águila calzada saborea la
rata que momentos antes ha logrado cazar sin saber lo que se le viene encima. Detrás
de ella volando raso un pirata negro la acosa haciéndole levantar el vuelo, el
milano la persigue, la calzada, aun siendo mas pequeña, no esta dispuesta a
dejarse arrebatar la presa y le planta cara, pero no tiene nada que hacer. El
milano no se amedranta y consigue que esta suelte su botín, ya tiene el
desayuno asegurado. A escasos metros un cenizo roza sus garras por el aun húmedo
trigal.
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Agachadiza común |
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Aguilucho lagunero |
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Aguilucho lagunero |
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Aguilucho lagunero |
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Chorlitos dorados |
chor
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Flamencos |
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Gaviota reidora |
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Golondrina daurica |
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Milano negro descansa junto a una vaca |
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Milano real |
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Triguero |
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Milano negro |
Écija, 22 de marzo de 2014
Pablo
Reina
Solo se aprecia cuando nos falta.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
Verdad Jero, los que disfrutamos del campo necesitamos de el, es una droga sana, pero una droga al fin y al cabo, pero de la que no me quiero desenganchar. Un abrazo desde Ecija.
EliminarLo vives y lo disfrutas, de eso se trata . Un saludo
ResponderEliminar¿Pero sin las salidas al campo, hay vida? Un saludo desde Ecija.
EliminarIt is absolutely true, Pablo. There is always much to share and discover on our familiar routes. I know I always derive great pleasure from following my regular circuit.
ResponderEliminarCierto David, tenemos una porción de naturaleza al lado de todos nosotros, y siempre deseamos ver lo que mas lejos tenemos. Debemos ver y vivir lo cercano y dárselo a conocer al resto del mundo. Un saludo desde Ecija.
EliminarBuena entrada, magníficas fotos. Un saludo desde Cantabria.
ResponderEliminarhttp://faunacompacta.blogspot.com.es/
Gracias Germán, ya me he paseado por tu blog y ten por seguro que lo volveré a hacer, ha sido todo un placer. Saludos desde Ecija.
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