Todos los años, cuando llega el otoño, los colirrojos tizones se refugian en nuestros campos y jardines. Vuelan inquietos de un lado a otro persiguiéndose con un sin fin de piruetas. Los machos defienden sus territorios de cualquier intruso. Me encantan estos con su cara negra y el reflejo blanco de sus alas. Se agachan nerviosos y no dejan de agitar la cola mientras vigilan la llegada de cualquier otro congénere. En sus zonas de anidación les gusta los acantilados y las laderas rocosas de las montañas por lo que explicaría el gusto que tienen por los edificios altos y ruinoso desde donde otean incansables.
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Écija, 12 de noviembre de 2012
Pablo Reina
Preciosa serie Pablo. Si que son hermosos los colirrojos tienen algo especial. Enhorabuena por tu estupendo trabajo. Saludos desde mi Terruño.
ResponderEliminarBueno, aunque haya subido esta entrada espero la tuya. Saludos desde Ecija y siempre es un placer recibir tus comentarios.
EliminarLas aves comunes y abundantes pueden ser muy bonitas, bien se merecen los colirrojos una entrada así.
ResponderEliminar¡Saludos!
Yo soy de pequeños pájaros Carlos, como digo en Twitter lo mismo me da un gorrión que un águila real. Saludos desde Ecija y gracias por tu paseo por mi campiña.
EliminarHola Pablo, se me paso la publicación, mil perdones, bonitas fotos a un pájaro que aunque sea "común" da mucho juego, a mi en particular me encanta, tienen nido cerquita de mi casa y es una gozada, este año tambiem criaron en la caja que tengo en la huerta.
ResponderEliminarSaludos,.
Lolo
Que suerte la tuya Lolo tenerlos desde pequeño, por aquí solo los tenemos en estos frios de otoño-invierno. Saludos desde Ecija y no hay que disculparse por nada.
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