Aunque es mediados de octubre y aun no son ni las diez de la mañana, los animales buscan la sombra de las encinas. Algunos mastican el reseco pasto sin ningún entusiasmo, lo llevan haciendo todo el tórrido verano, otros descansan después de la ajetreada noche. La berrea casi ha acabado, llevan un mes largo sin descanso, acalorados, tanto por la calentura corporal como ambiental. Septiembre ha sido seco y lo que llevamos de octubre también. La otoñá tan esperada por todos no llega y los cuerpos se resienten, se pueden ver las costillas marcadas y la falta de lustre en el pelo.
Pero pronto llegaran las lluvias, y con ella la tregua de la calina, aunque pronto llegaran las noches frías al raso, aguantando relentes y tormentas. Pero así es el monte, duro, sin tregua, solo los fuertes pasan de una estación a otra.
Ecija, 8 de noviembre de 2018
Pablo Reina
Y tan natural. Bonitas fotos Pablo.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Quini, un placer tenerte paseando por esta campiña. Un saludo
Eliminar