miércoles, 1 de enero de 2014

Otro año más

Como muchas otras veces empezamos este nuevo año con nuestros mejores deseos a todo el mundo, con nuevos retos y promesas, nuevos planes, nuevas metas y nuevos propósitos, mirando al año que nos llega con optimismo y buenos deseos. Dejare de fumar, hare mas deporte, pintare todos los días...Algunos de estos propósitos los conseguimos, otros no, pues no dejamos de vivir en el futuro, no nos damos cuenta que lo realmente importante es el presente, es esa persona que tenemos al lado y se nos pasa la vida prometiéndole cosas que seguramente no podamos cumplir y que vamos postergando año tras año.
No nos paramos a mirar a nuestro alrededor y aprender del medio natural que nos rodea. La naturaleza no cree en el futuro, es una tremenda luchadora y emprendedora que vive continuamente el presente, pues cada brote o ser que nace pueden ser depredados por otro en cualquier momento, pero no por ello se rinde y rápidamente vuelve a crear otro ser.
Nos estamos desanimalizando. No podemos vivir sin wapssa, sin Facebook, sin twitter. Leemos libros electrónicos, compramos desde nuestras casas, vemos documentales naturales sentados cómodamente en nuestro sillón sin percatarnos que con solo salir al campo podemos disfrutar de la autentica naturaleza. Si aprendemos a comportarnos y a valorar el medio natural podemos sorprendernos con el mejor documental del mundo: la vida en directo. Podemos sentirnos como el ojo del Gran Hermano. Pero no, salimos a pasear en coche, vemos una avutarda y rápidamente corremos en busca de otra especie que apuntar en nuestro cuaderno de campo, luego ojeamos el cuaderno y vemos que tenemos apuntada 56 especies diferentes de aves vista en una jornada, pero no hemos apuntado nada sobre su comportamiento, no sabemos nada sobre ellos, solo lo que nos dice la guía.
Ese va ha ser mi propósito este año, pararme a mirar mas y no crearme metas imposibles de cumplir. Que tengáis un hermoso año.

El viento de levante arreciaba. Las gotas de agua levantada por el somormujo volaban a gran velocidad. Sus largas plumas de la cabeza flotaban al viento, no parecía que nadara, mas bien se balanceaba en sobre las olas. De vez en cuando se sumergía y salía a la superficie con un buen montón de plantas en el pico, luego las soltaba y volvía a sumergirse para volver a salir con más plantas. Se acerca la primavera y pronto necesitara formar un buen nido.








                                                                                                 Écija, 1 de enero de 2013

                                                                                                  Pablo Reina